Las verduras crucíferas anti cancerígenas

Por : | Comentarios desactivados en Las verduras crucíferas anti cancerígenas | On : 22/05/2020 | Categoría : Salud

Las verduras crucíferas (brócoli, coliflor, col, repollitos de Bruselas, rábanos, nabos, berro, wasabi, verduras de hoja verde.) forman parte de los alimentos más importantes para prevenir el cáncer.

Los efectos preventivos asociados al consumo regular de éstas verduras se deben a su elevado contenido en glucosinolatos. Los Glucosinolatos son componentes químicos con azufre, estas sustancias químicas son las responsables del aroma penetrante y el sabor amargo de las plantas crucíferas. Durante la masticación, estos compuestos entran en contacto con la myrosinasa, una enzima presente en la planta que los transforma en isotiocianatos, unas moléculas extremadamente reactivas que actúan sobre dos aspectos clave implicados en el desarrollo del cáncer.

El primero es el hecho de que estas moléculas aumentan la actividad de nuestros sistemas de defensa contra las sustancias cancerígenas, lo que acelera su eliminación del organismo y les impide provocar daños en el material genético de las células (ADN). Este efecto resulta extremadamente importante, ya que varios tipos de cáncer están directamente causados por un déficit en la actividad de estos sistemas de desintoxicación.

El segundo aspecto que cabe destacar es que algunos de estos compuestos, como los que se encuentran en el brócoli o en el berro, poseen también la propiedad de inhibir el crecimiento de células cancerígenas al provocar un aumento de los radicales libres, que producen la muerte de estas células.

Las verduras crucíferas anti cancerígenas

Para maximizar la producción de moléculas anti cancerígenas por parte de las verduras crucíferas hay que prestar atención al modo de cocinarlas. Unos estudios recientes han demostrado que, al hervir en agua el brócoli, coles de Bruselas, coliflor o repollo, se producía una pérdida muy importante (mas del 75%) de su contenido de glucosinolatos, porque las moléculas se desprenden de la verdura y se quedan en el agua de cocción. Si embargo, si las verduras se cuecen al vapor, en el microondas o se saltean, por ejemplo, en un wok, su contenido de glucosinolatos es igual al de la verdura cruda.

Otro factor crucial: es importante reducir el tiempo de cocción de las verduras para preservar al máximo la actividad de la myrosinasa. Una cocción rápida al vapor o en el wok para que las verduras se mantengan crujientes permitirá preservar la mayoría de moléculas anti cancerígenas que contienen. Se trata de una costumbre fácil de adoptar, sobre todo sabiendo que las verduras crucíferas son mucho más sabrosas cuando no están demasiado cocidas.


Fuente: Libro Tu seguro de salud, El placer de comer bien (Dr. Richard Béliveau / Dr. Denis Gingras) páginas 170/71 del capítulo 7 El cáncer: domar al enemigo que duerme en nuestro interior.